Autor: Miguel Emele.
Web: Nitideces de Miguel Emele.
Era Noviembre de 2008. Yo estaba en la tienda que Casanova Foto tenía en la calle Pelai de Barcelona, en la zona guay de la tienda, la planta de arriba, donde estaba el material de ocasión junto a lo más Pro. Todo ello a cargo de «el jefe», su hijo Francesc y Marcos. De mi cuello colgaba una impresionante réflex Olympus E-3 del sistema cuatro tercios, un sistema que prometía cámaras y objetivos más pequeños gracias al tamaño de su sensor. Entonces, con sonrisa pícara, nos comentó Francesc si queríamos ver la Lumix G1, que la tenía recién recibida.
Evidentemente, había visto imágenes en internet. Olympus y Panasonic habían tenido la genial idea de quitar el espejo a sus réflex manteniendo el mismo sensor que ya tenían y crearon así el sistema micro cuatro tercios, que ese sí que debería permitir cámaras y objetivos todavía más pequeños. Recuerdo que en el último Sonimag, mientras mi E-3 estaba aún como prototipo en una vitrina, ya había visto una réflex Lumix L10 que enfocaba por contraste usando el Lifeview. En esas que llega Francesc de la trastienda, me saca de mis recuerdos, y pone sobre el mostrador algo parecido a esto:
Aquí podéis ver la E-3 junto a la G2, a falta de la G1 de idénticas características. El shock fue grande para mí, comprobando los pesos y tamaños de las dos cámaras, y me sentí muy atraído por el nuevo sistema. El visor electrónico no me supuso un impedimento, pues yo había entrado en 2002 en la fotografía digital de la mano de las más asequibles cámaras bridge y ya estaba acostumbrado. Me volví para casa con el kit de dos objetivos zoom y empecé a disfrutar como nunca del primer sistema sin espejo que se nos ofrecía. Con el tiempo fueron apareciendo más cámaras de Olympus y Panasonic y tuve ocasión de probarlas y disfrutarlas.
Transcurría el tiempo y los fabricantes se iban uniendo a esta iniciativa de las mirrorless con gran interés y un buen día Fujifilm inició su Serie X. No fue hasta la salida de la X-E1 que me interesé por él. He de decir que esta cámara me cautivó: su sensor era mayor, con un mejor desempeño y los colores de Fuji eran una maravilla. Por su poco peso, que aligeré en cuanto pude cambiando el objetivo por un Fujinon XC 16-50 OIS, que se convirtió en inseparable, comencé a salir con ella como cámara de compañía mucho más a gusto que con la Olympus. Era más lenta de manejo pero era mucho más gratificante usarla. Tenía un nosequé que me hechizaba y sus resultados eran magníficos. Era lo más ligero que tenía entonces, incluso ante la promesa de Olympus, y me daba muy buenos resultados al entrar en algún museo o interior en general.
Así me vi con dos sistemas diferentes a la vez. Estuve bastante tiempo usando una Olympus con el 75-300 para los pajaritos y el 60 macro para los bichitos, aunque tenía focales acumuladas que me cubrían desde los 9mm hasta los 300, un equipo completo usado con más frecuencia en sus puntos fuertes: macro y pájaros. También tenía otro equipo paralelo de Fuji, menos completo de objetivos, que usaba también en sus puntos fuertes: retrato e interiores. Estuve bastante tiempo manteniendo y evolucionando con los dos conjuntos.
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El caso es que cuando me acostumbraba a usar la Olympus, luego cogía la Fuji y me resultaba extraña, los diales giraban en sentido inverso, los zooms igual, y cosas así. Lo mismo pasaba al habituarme a la Fuji y luego coger la Olympus. Eso y el costo de tener dos equipos junto con la crisis acuciante fue lo que me decidió un día a tomar una decisión al respecto, cuando estaba usando ya la X-T1 y la OMD EM5II. Así que hice un par de salidas con las dos cámaras al cuello, calzadas con sus equivalentes a 24-80mm respectivos y haciendo las fotos por duplicado para luego mirármelas con calma en casa. Así confirmé fehacientemente lo que ya me esperaba. Los archivos de la Fuji me gustaban más y, a pesar de que el sistema estaba falto de focales largas baratas pensé que si actualizaba a los 24 megapíxeles de la X-T2 eso lo podría solventar con ligeros recortes. Así fue como, decidido por fin, vendí la X-T1, todo lo de Olympus, y me compré la X-T2, que me ha de durar bastante porque no están las cosas ahora para hacer las compra/ventas que hacía en el pasado.
Después de más de un año con un solo sistema, ¿echo de menos la Olympus? Hombre, si echara mucho mucho de menos la Olympus ya habría rectificado. Lo que más echo de menos es ese equivalente a 150-600mm tan ligero que tiene. En Fuji me tengo que conformar con el XC 50-230mm ya que el XF 100-400mm es una bestia con la que no quiero cargar. Pero hay la posibilidad de que algún día veamos un 70-300 aunque sea de Tamron, esto es más difícil, en nuestro sistema. La esperanza es lo último que se pierde.
Olympus tiene muchas prestaciones interesantes pero… el enfoque apilado, nos lo han dado en la última actualización. El estabilizador, lo iremos viendo en nuestras cámaras y las utilidades que tiene Olympus para hacer exposiciones largas viendo el resultado según se va exponiendo, Live Time, Live Composite, y no sé si hay alguna más, yo sólo las he visto en alguna presentación de Olympus donde han demostrado in situ cómo funcionan. A mí no me han llamado la atención esas funciones y nunca las encontraré a faltar.
Para algunas situaciones, sí que pueden ser interesantes las funciones que tiene Panasonic, esto no sé si Olympus también ahora, de hacer una toma en 4k de la que extraer un fotograma de 8 megapíxeles, donde se encuentra el momento exacto de la acción que se quería captar. Eso es hasta mejor que una buena ráfaga, aunque con menos resolución, ya que se extrae de un vídeo. Supongo que si en Fujifilm quisieran se podría implementar algo así en nuestras cámaras también. El disparo en alta resolución combinando varias tomas tampoco lo encuentro a faltar, de hecho nunca lo usé cuando lo tuve, porque soy más de disparar a pulso que de cargar con trípode.
En general no me arrepiento de haberme quedado con la Fuji. Aunque de vez en cuando oiga los cantos de sirena del 75-300 y del 60 macro luego pienso en los colorines que me salían a veces en isos altos y la ausencia de ellos en los granos de Fuji y se me acaba pasando. Yo tenía el límite del iso alto en 6.400 hasta que un día tuve que hacer unas fotos a unos gatos que habitan entre los cañizales de la reserva natural del Baix Llobregat. Con la poca luz que había tuve que probar el 12.800 iso para evitar trepidaciones, ya que estaba disparando a los 230mm de costumbre para mis acercamientos de miope. Cuando vi en casa que el granulado no tenía colorines, me lo adjudiqué como nuevo límite para esas situaciones. El grano no me importa, pero que me salga en rojo, verde y azul no lo soporto. Y en Olympus, no siempre pero a veces, se acostumbra a ver esos colorines, o los restos suavizados de haberlos quitado, en algunas tomas.
En conclusión, me quedo con la Fuji pero no por ello dejo de ser crítico con la marca. Cualquier buen vendedor debe saber que aquellos clientes que se le quejan son los que le ayudan a mejorar sus productos. Los clientes que simplemente se van a comprar a otro sitio no le aportan ningún beneficio, ni le dan a saber sus preferencias, ni cómo la marca puede satisfacerlas. Por suerte, pienso que Fujifilm nos escucha y trata de complacernos con sus nuevos artículos y sus actualizaciones de firmware para los vigentes.
Lo mejor de Olympus y Micro Cuatro Tercios
La principal ventaja de un sistema con un factor de conversión 2x es el uso en la práctica de una focal que es la mitad real de su equivalente, lo que conlleva parejo una distancia mínima de enfoque más favorable y mayor profundidad de campo. Así, sus puntos fuertes son el macro, por su mejor acercamiento, y la fotografía con teleobjetivo, por el tamaño más reducido del equipo.
Lo mejor de la Serie X de Fujifilm
La principal ventaja de un sistema con un sensor mayor a igual tecnología es su mejor reproducción del color, mayor rango dinámico y la mejor solvencia en ISOs altos. Por tanto, sus puntos fuertes están en la fotografía de interiores, nocturna y documental. Además, desde las primeras fotos que tomé con la Fujifilm X-E1 en el Museo de Artesanía de Barcelona, ya me percaté del excelente balance de blancos de la serie X. Por supuesto, la fotografía de naturaleza y ciertos acercamientos no están reñidos con el sistema y se pueden conseguir sin recurrir a los objetivos más caros de que disponemos.
Vaya, ha sido gratificante volver del paseo vespertino, había dejado el móvil cargando para variar, y encontrarme al llegar con el artículo publicado. Muchas gracias, Jon. Eres un jefazo estupendo. 🙂
Muy interesante, Miguel. Me identifico plenamente con tu historia aunque tardé mas tiempo en abandonar mi Oly E3. Y recién acabo de estrenar mi XT2. En todo caso, muy buenas fotos con ambos equipos!!
Muchas gracias. Seguro que disfrutas mucho con esa X-T2.
Muy chula tu disertación al respecto, yo también empecé con 2 equipos una Oly EM1 y una Fuji XE-1, y como tu al final me decante por Fuji, pero tengo mucho mono de Oly y ahora seguramente intentare convivir con los 2. Me quiero lanzar a por un cuerpo ya que aun tengo objetivos Oly que no tuve huevos de vender. Yo es que esto de la monogamia, me conformo con una sola mujer pero en fotografía ……………