Hace unos 5.000 años, los antiguos pobladores de Rioja Alavesa consideraron que este rincón, muy cerca de la actual villa de Elvillar (Bilar), era un enclave sagrado. Y allí mismo, a la vista de la imponente Sierra de Cantabria, levantaron el dolmen Chabola de la Hechicera, un monumento funerario que estuvo activo hasta los tiempos de la dominación romana. Cuenta la leyenda que el megalito recibió este nombre porque, según contaban los vecinos de Elvillar, en las mañanas de San Juan se oían allí canciones, aunque no se veía a nadie, y pronto se atribuyeron aquellos cánticos a una bruja, que convertía en piedra a todos aquellos que la miraban. En la actualidad, el dolmen Chabola de la Hechicera está considerado como uno de los más...