Volvíamos de pasar la noche en el desierto, toda una experiencia totalmente recomendable... EL cielo más impresionante que he visto en mi vida, junto con el de Canarias, desde el Teide por la noche.
Llegamos al autobús que nos había llevado hasta la última localidad donde cogimos los camellos para ir al desierto y donde los dejamos al día siguiente. En el autobús habíamos dejado algunas cosas (ninguna de valor, por supuesto) en mochilas y bolsas, y cuando llegamos, repartimos entre unos niños que se arremolinaron a nuestro alrededor unas galletas de chocolate. Como se armaba mucho lío y todos querían, uno de los adultos que había allí nos dijo que se las diésemos a él y que él las repartiría. Esta foto es de ese momento, tomada muy...