La leche, qué retrato, amigo Javier. Qué honestidad y franqueza en la mirada, qué limpieza. Y luego todo él, con esas venas en los brazos marcadas por el tiempo y el trabajo. Me gusta muchísimo el uso del color, aunque eso mismo te perjudique un poco ya que la vista se puede ir al extintor que, por otra parte, es el único elemento de modernidad en la toma. En cualquier caso, me parece un detalle nimio porque realmente la fuerza del retrato hace que el fondo carezca de importancia, yo no me he dado cuenta del extintor y el cartel de detrás hasta que el ampliado la visión a toda la escena, porque al principio el personaje te atrapa y no te deja ver más allá.
Pillo palomitas y espero con ganas más fotografías de la serie.
Un saludo,