Cómo odio a un chivato: Estación de Seúl.

Reporting a Dangerous Man with Camera by Jesús Simeón Pérez Jiménez, en Flickr

Mi mujer había pasado un momento al baño y aprovechaba el tiempo viendo las fotos que había sacado ese día en la pantalla de mi X-1ooT.

De repente oí unos gritos, subí la cámara y disparé casi sin pensar. Me di cuenta de que me estaban denunciando a la seguridad del metro, y yo con la cámara en ristre, preguntándome si había alguna señal o anuncio que prohibiese el uso de cámaras de fotos. Me quedé helado, los guardias pasaron a mi lado, y sólo en el último momento uno de ellos me hizo saber que las fotos podían poner nerviosos a los viandantes. Muy amable, eso sí.

Pedí disculpas y guardé la cámara en mi mochila.

Mi mujer, salió al cabo de un rato, me comentó que había oído gritos. Dije que no había pasado nada y seguimos caminando.

edito: una letra cambiada y una coma en mal sitio.
 
Última edición:
Pasarías un mal rato seguro. A mi me ha pasado dos veces, una en el aeropuerto de Perm (Rusia), también una de seguridad dándome voces pero la guardé y no pasó nada.
La peor fue en Egipto, en el valle de los faraones, yo acabé tirando de la cámara y el segurata de la correa porque me la querían quitar; como no pudo, quería que sacase el carrete a lo cual me negué rotundamente.
Al final se montó un corrillo con varios turistas apoyándome y se marchó un poco contrariado.
Un mal rato.
 
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