Es verdad que los cielos están quemados. Buscaba el contraste. Creo que tienes razón en la confusión; el entorno era de por sí confuso y monocromático. Si hubiera sido, digamos, un monasterio, quizá habría intentado ser más preciso. Los edificios de la mina de Rodalquilar tienen, en mi opinión, un aire apocalíptico al que no le va mucho la precisión. Respecto a la luz, era la caída de la tarde y había algo de bruma; no se prestaba mucho a contratastar el cielo. Muchas gracias por tus observaciones
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Gracias a ti. Sí, me cuadra más con la descripción apocalíptica que haces que con lo poético.Es verdad que los cielos están quemados. Buscaba el contraste. Creo que tienes razón en la confusión; el entorno era de por sí confuso y monocromático. Si hubiera sido, digamos, un monasterio, quizá habría intentado ser más preciso. Los edificios de la mina de Rodalquilar tienen, en mi opinión, un aire apocalíptico al que no le va mucho la precisión. Respecto a la luz, era la caída de la tarde y había algo de bruma; no se prestaba mucho a contratastar el cielo. Muchas gracias por tus observaciones.
Buena serie, felicidades.La antigua mina de Rodalquilar, en Almería, es un espacio que destila melancolía por todas partes. El propio proyecto ya era melancólico; una mina de oro más bien anémica. Hoy, sus ruinas, en el paisaje duro del interior de Cabo de Gata, son de una tristeza casi redundante... y muy fotogénica. Creo que a las fotos les convenía el blanco y negro. Les da un toque poético que, creo, no tienen en el ocre sucio original. Todas están hechas con una lente equivalente a un 35mm. Gracias por mirar
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