En efecto, eso es lo primero que pensé al comprar el billete de avión a Turquía: “No solo hay mezquitas en Estambul, sino barrios anclados en el pasado y auténticas escenas escondidas tras la nueva fachada moderna de la ciudad”. Antes de ir a Estambul ya tenía un plan fotográfico, una idea preconcebida y medianamente clara de que es lo que quería fotografiar y como. Un previo estudio de trabajos de otros fotógrafos puede darte pequeñas pinceladas en formas de ideas de cómo es un país, que puedes encontrarse allí, y cómo puedes interactuar con el entorno al fotografiar.
No tenía la menor intención de ir a una ciudad tan magnífica como es Estambul, y tan solo hacer las típicas fotos turísticas de Santa Sofía o la Mezquita Azul, vaya que no. Mi objetivo era claro, el objetivo que siempre he perseguido cuando viajo solo: perderme por las calles de los barrios obreros de Estambul en busca del carácter y la personalidad de una ciudad mágica y con muchas historias que contar.
Una vez armado el plan, comprado el billete y con las ideas claras de qué y cómo fotografiar, me pregunté ¿y qué equipo me llevo esta vez? Una pregunta que a veces deberíamos hacernos más veces de lo normal, sobre todo si eres un viajero como yo, viajero de mochila, viajero que muerde el polvo y duerme en autobuses.
Esta vez lo tenía claro. Siempre fui un minimalista de la fotografía al viajar, pues siempre he tendido a llevar poco equipaje. Poco es más, y menos peso es más libertad. Creerme, en largos viajes se nota mucho. Recapacité, pensé y analicé profundamente las fotos que suelo hacer cuando salgo a fotografiar por las calles de Madrid. Casi todas las fotos están hechas con el Fujinon XF23mm F2 R WR. Me di cuenta que mi ojo se ha acostumbrado tanto a este objetivo, que quizás no necesitaría ningún objetivo más para viajar por Turquía, y así hice. Metí en la mochila la X-T2 y el XF23mm f2 y subí al avión, seguro de que sin duda fue una gran decisión.
Ya en Estambul, y tras hacer las visitas de rigor a los enclaves más representativos de la ciudad, tocó desenfundar la cámara y dar rienda suelta al rock ‘n roll. Más allá de los circuitos turísticos, más allá de los grandes bazares y los carteles de neón, existe una Estambul anclada en el pasado, encerrada en sí misma, totalmente hermética al capitalismo que tanta influencia ejerce sobre la parte europea de Estambul, y parte de la asiática también.
Decidí poner rumbo a esa Estambul enigmática, me dejé llevar por mis instintos fotográficos hacia lo desconocido. Caminé durante días, horas y más horas, sin preocuparme mucho de donde estaba, dando rienda suelta a los deseos más profundos de un fotógrafo viajero.
Salí del centro de la ciudad a descubrir la verdad que se esconde en silencio tras los anuncios y las tiendas de firmas internacionales. Me puse el objetivo de palpar la esencia de una ciudad en pleno cambio hacia la modernización, tratando de buscar sus raíces y fotografiarlas durante los días que pasé visitando Estambul.
La esencia de mis viajes fotográficos radica en buscar lugares impredecibles y sorprendentes, barrios donde todo el mundo me mira como si fuese un extraterrestre, en definitiva, me gusta sentirme como un viajero que no pasa desapercibido, porque eso significa que me encuentro lejos de los circuitos turísticos.
Me apasiona poder caminar por calles donde todo sorprende, donde las cosas son inesperadas. Esos sitios son donde me siento como pez en el agua, es el ecosistema donde me gusta fotografiar. Perderse en los barrios obreros de Estambul, zonas musulmanas conservadoras, es como abrir el libro de Alex Webb de Istambul y bucear a través de las páginas, foto a foto.
Cuando me siento vulnerable en un país, y me siento realmente alejado del confort y la seguridad de España, entonces significa que he dado con el sitio correcto para fotografiar.
Muy buenas todas compañero. Siempre tengo la sensación que te creces cuando viajas, a diferencia de otros que lo que nos pasa es que caemos una y otra vez en el cliché.
¡Hola Gerard!
No te voy a negar que siempre es inspirador fotografiar en territorios desconocidos, las cosas llaman más la atención, y vaya, siempre vemos más allá de lo que solemos observar en nuestros paseos fotografiando en nuestras ciudades.
Me gustaría enseñarte todo lo que tengo de street en Madrid, para “abandonar” un poco esa imagen que quizás tenga de fotógrafo de viajes que documenta lo que sucede en otros países. Podría decirte que es mi tesoro mejor guardado, y que poco a poco, a lo largo de este año, empezaré a dar a conocer. A ver si consigo agregarte en Facebook.
Gracias por comentarme el artículo. Quedo pendiente de probar algún objetivo manual en la cámara, me gustó mucho tu artículo de Fujistas sobre los manuales. Aprovecho a darte la enhorabuena.
¡Hola Gerard!
No te voy a negar que siempre es inspirador fotografiar en territorios desconocidos, las cosas llaman más la atención, y vaya, siempre vemos más allá de lo que solemos observar en nuestros paseos fotografiando en nuestras ciudades.
Me gustaría enseñarte todo lo que tengo de street en Madrid, para «abandonar» un poco esa imagen que quizás tenga de fotógrafo de viajes que documenta lo que sucede en otros países. Podría decirte que es mi tesoro mejor guardado, y que poco a poco, a lo largo de este año, empezaré a dar a conocer. A ver si consigo agregarte en Facebook.
Gracias por comentarme el artículo. Quedo pendiente de probar algún objetivo manual en la cámara, me gustó mucho tu artículo de Fujistas sobre los manuales. Aprovecho a darte la enhorabuena.
Saludos!
Cómo me contagias con tus viajes, con tu manera de contarlo, con tus ganas de visitar lugares nada turísticos, con tus fotos callejeras, me sacas el recuerdo de mis viajes por el mundo como una vez te conté cuando te compre tu Xf 10-24mm en aquella parada del cercanias de Madrid, y aunque de aquella te decía que me costaba tirar con los fijos cada vez que veo fotos de viajes hechas con el Xf 23 f2 más me enamoro de ese cristal.
Enhorabuena por el repor y a por el siguiente viaje!!
Sin duda son buenas fotos de calle y coincido plenamente en la bondad del 23 mm, también lo tengo y es mi favorito para la calle. La cuestión, es que salvo alguna de las fotos, la mayoría podrían haberse hecho en cualquier barrio árabe de una capital europea, echo de menos la combinación de gente y detalles que identifiquen el lugar. Se que no es nada fácil hacer coincidir un buen momento de calle y un escena localizadora,pero merece la pena intentarlo. Creo que se puede hacer sin caer en el tópico que mencionabas al principio. Buen trabajo.
Un saludo