He de decir, a modo de introducción, que me gustan los objetivos fijos gran angular y que por lo general me siento bastante a gusto con ellos. Como algunos de vosotros sabéis, uno de mis objetivos preferidos es el Fujinon XF 14mm F2.8 R, el cual usé en la entrada sobre arquitectura en Berlín y que considero una de las estrellas indispensables en el catalogo de la marca. Bajo estas premisas no es de extrañar que considerase el Fujinon XF 10-24mm F4 R OIS una especie de herramienta perteneciente a otra categoría. Algo que a priori no iba conmigo. Tenía experiencias previas con un 10-18mm f/4 en formato APS-C de otra marca y de un 17-40mm f/4 y un 18-35mm f/3.5-4.5 en Full Frame de otras dos marcas conocidas. Objetivos interesantes pero que por una razón u otra nunca me habían entusiasmado del todo.
Y en eso me llegó el XF10-24mm de Fuji
Sobre el papel todos lo conocemos ya que lleva unos años en la comunidad Fujista. Relativamente compacto y ligero para las focales que cubre, lentes asféricas y de baja dispersión aquí y allá, construcción metálica de primera categoría y un sistema de estabilización incorporado que en la práctica permite casi siempre hacer fotos sin trípode en cualquier cámara con montura X. Todo muy bien, pero con el rabillo del ojo me preguntaba si no sería un objetivo excesivamente ambicioso. Es un objetivo que cubre las focales clásicas equivalentes a un 21mm, un 24mm, un 28mm y un 35mm, por no hablar del intervalo 15-19mm donde nunca ha habido focales clásicas, a no ser que incluyamos los exóticos Zeiss Hologon 16mm f/8 para Contax G y otras exquisiteces que permitían imágenes ultra gran angulares sin prácticamente distorsión.
cubre las focales clásicas equivalentes a un 21mm, un 24mm, un 28mm y un 35mm
Unas cosas con otras siempre he sido del dicho “no se ordeñan vacas con las manos en los bolsillos”, lo que traducido a las pruebas de un determinado objetivo se traduce en “no se prueba un objetivo mirando gráficas MTF en la pantalla del ordenador y fotografiando paredes de ladrillos”. En mi caso, las pruebas que he hecho han sido en varios frentes fotográficos:
- Fotografía de arquitectura.
- Fotografía de interiorismo
- Street-Photo o Fotografía de Calle.
He dejado conscientemente la fotografía de paisaje fuera por dos razones: Se trata de uno de los objetivos más utilizados por la comunidad de Fujistas en todo el mundo cuando las cámaras “ven naturaleza”, por lo que poco puedo aportar en este campo. Y de forma complementaria uno no es un buen paisajista. ¡No hay mejor cosa que conocer las propias limitaciones!
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El XF 10-24mm F4 R OIS en Fotografía de Arquitectura
Existe en las afueras de Gijón un mirador, obra del arquitecto Angel Noriega, que aunque suele pasar desapercibido para el visitante, se trata de una deliciosa mezcla entre arquitectura y escultura. Su forma de proa de barco nace de dos muros paralelos de hormigón en forma principal triangular separados por una distancia de unos tres metros. Ambos muros se encuentran unidos por una secuencia rampa-plano también en hormigón que confiere solidez estructural al conjunto. A partir de esta configuración simple y elegante en diseño se añaden plataformas de observación a diferentes alturas, a la vez que determinados partimientos en el material predominante establecen roturas formales que crean ritmo y añaden complejidades y sabrosas contradicciones al mirador. Bajo un cielo que amenazaba lluvia no se me ocurría mejor sujeto fotográfico para empezar a utilizar el Fujinon XF 10-24mm F4 R OIS junto a la X-H1. Si ya hemos hablado en este blog sobre “Fotografía de Arquitectura con una Fuji X-H1” parecía razonable emparejar el objetivo a la cámara de referencia, a la “cámara-trípode” de Fuji, por más que el objetivo lleve también estabilizador integrado.
Simulación Acros y ajuste del objetivo, por aquello de empezar fuerte, a su focal más angular de 10mm. Cuanto más se aleja un objetivo de la focal normal equivalente entre 35 y 50mm más difícil de utilizar es, y por las experiencias acumuladas con los zoom mencionados al principio de esta entrada al blog intuía que no sería fácil hacerse a tanto campo de visión. Sin embargo el primer vistazo por el visor fue impactante. Una imagen poderosa del Mirador (también ayuda el increíble visor de la X-H1) en un contrastado blanco y negro que mostraba un carácter rectilíneo rotundo de las formas de hormigón que tenía delante. Es de esas imágenes que percibes a la primera, de esas cosas que instantáneamente te dicen “esto funciona”. Es como cuando te pruebas unos zapatos que te quedan como un guante. Ponértelos y de forma instantánea decidir que te los llevas puestos.
Instintivamente, para hacerse una primera idea de la cobertura del zoom, lo que te pide el cuerpo a continuación es, sin variar la posición de toma, llevar el objetivo a su otro extremo, a la focal de 24mm. Se aprecian ahora con más detalle las plataformas de observación, el contraste de materiales y una figura humana dando escala al conjunto.
Personalmente considero la inclusión de la figura humana en la fotografía de arquitectura como algo fundamental. Desde el renacimiento se considera al ser humano como el patrón de medida de todas las cosas y en realidad es la manera más sencilla de escalar una imagen. Es cierto que a veces es necesario aislar las obras arquitectónicas en una fotografía para que nada distraiga su significado propio, pero incluso en los dibujos de arquitectura de un proyecto es usual incluir ya formas humanas a las que en la jerga se llama “monos”. En esta entrada al blog la existencia de referencias humanas en la imagen será bastante recurrente, y probablemente, hasta sorpresiva en su última parte.
el rendimiento del objetivo es sencillamente fantástico a lo largo de todas las focales
Sigo disparando la X-H1 con el 10-24mm y noto que me resulta muy fácil encuadrar, de encontrar imágenes interesantes a la vez que recorro las diferentes focales del zoom. A veces disparo a plena apertura y otras cierro a f/8, que es en teoría donde mejor rinde este objetivo. Más tarde, ya en casa y con más calma al analizar los ficheros RAW de imagen descubriré que en el mundo real importa poco el diafragma utilizado ya que el rendimiento del objetivo es sencillamente fantástico a lo largo de todas las focales. La distorsión es extraordinariamente baja, apenas existe viñeteo y la aberración cromática es inexistente.
Volviendo al tema de la inclusión de figuras humanas en fotografía, me viene a la memoria lo que siempre decía Henri Cartier-Bresson: Crear un fondo geométrico, organizar la geometría y después esperar, o atrapar el momento adecuado. En la foto que sigue intento establecer una composición geométrica:
Y a partir de esta base, ya es solo cuestión de esperar. La respuesta prácticamente instantánea del disparador y del obturador de la X-H1, con un “lag” casi nulo, hace el resto:
Sigo explorando el Mirador y ahora nos metemos dentro. El Mirador está a unos ocho kilómetros de la ciudad de Gijón, lo que hace que por las noches, además de estar expuesto a las galernas del Cantábrico, queda expuesto también a ser objeto de pintadas y grafitis. Es difícil para mi establecer una postura a favor o en contra de los grafitis. Por una parte no hay duda de que son una agresión a la arquitectura, pero por otra constituyen todo un sujeto fotográfico de pleno derecho. Y además me traen recuerdos y añoranzas de mi querido Berlin. Vamos pues con los grafitis que son una mini “Cantabrico-Gallery” en este mirador!
echo en falta que el objetivo no esté sellado
Salgo de la galería interna y noto que empieza a llover. Aunque llevo paraguas no me siento cómodo y es cuando echo en falta que el objetivo no esté sellado. Por otra parte es fin de semana y estamos ya prácticamente llegando a la hora de comer, con lo cual le ponemos la tapa y metemos la cámara en la bolsa. Al día siguiente se abren un poco las nubes y vuelvo para intentar terminar el reportaje del Mirador. Utilizo ahora la simulación Acros con filtro rojo y juego compositivamente con el hormigón, el cielo y el mar. Desde lo más alto del Mirador bajo ahora la cámara a la cintura, a su posición de reposo y me paso tranquilamente cinco minutos sin hacer nada, dejando simplemente que el aire que viene del mar me de en la cara. Es un aire fresco de finales de noviembre pero durante un instante le da a uno la impresión de tener el mundo en sus manos.
El XF10-24mm en Fotografía de Interiorismo
Si el paisaje y la arquitectura son hábitats naturales para este objetivo, la fotografía de espacios interiores no lo es menos. Allí donde el espacio sea exiguo y no exista la posibilidad de dar un paso atrás es donde los angulares extremos son más necesarios y casi siempre, insustituibles. Con frecuencia otra característica de las fotos de interior es su iluminación escasa, así que este 10-24mm nos viene en esta exigencia fotográfica como anillo de doble dedo: excelente ángulo de cobertura y posibilidad de trabajar con poca luz sin necesidad de aumentar excesivamente los valores ISO debido al estabilizador incorporado.
Seguimos con la X-H1 y vamos con el equipo hasta un hotel situado a las afueras de Gijón donde tenemos una cierta familiaridad y sabemos que el personal nos va a dejar evolucionar libremente haciendo fotos siempre que respetemos la libertad y privacidad de los clientes. El conocer el hotel nos permite saber de antemano qué días y a qué horas habrá poca gente. Bueno, en realidad es como suele ocurrir con prácticamente cualquier proyecto fotográfico: la planificación ayuda a que todo fluya de manera fácil.
Sabemos también que vamos a vérnoslas con una mezcla de dos temperaturas de color: Tungsteno en el interior y una luz muy fría colándose por los ventanales procedentes de un cielo encapotado. De forma complementaria los techos están recubiertos en madera barnizada, lo cual arroja aún más calidez a las imágenes. Dejamos el ajuste de blancos en la X-H1 en automático buscando precisamente esa calidez, y no solo eso: ya que decidimos hacer las fotos en color elegimos la simulación Velvia. Quien dijo miedo a la saturación! Nada mejor que una foto de la chimenea para entrar en ambiente:
Hay otro detalle que es importante en la fotografía de interiorismo: la verticalidad de las líneas. Es una regla que no me importa romper en fotografía de arquitectura cuando las tomas son externas y lo que prima es la necesidad de expresar la volumetría de las formas, ya que muchas veces la convergencia de líneas ayuda a comunicar mejor este concepto. En interiorismo se trata sin embargo de un asunto más delicado que cuando se lleva al extremo solo puede resolverse utilizando un trípode y un nivel de burbuja o bien una cámara Fuji con representación electrónica de nivel. Como podréis apreciar, en las siguientes fotos no se ha utilizado ni una cosa ni otra. Se ha buscado más la experiencia de tipo reportaje que la de una precisión alemana en la representación de la geometría. Y no es solo cosa de las verticales, sino que hay que vigilar muy mucho las horizontales en aquellas tomas en las que fotografiamos paredes de forma frontal: cuando nos movemos en la zona más angular de este tipo de objetivos el plano focal de la cámara ha de estar situado perfectamente paralelo al plano formado por la pared. En caso contrario las líneas de suelo y techo empezarán a converger, a crear perspectiva. De hecho es una característica intrínseca a los objetivos angulares que se acentúa según disminuye la longitud focal del objetivo.
bokeh muy agradable y suave
Vemos ahora unas copas muy bien colocadas en la barra de la zona del restaurante del hotel y nos acercamos para comprobar el bokeh del objetivo. O al menos intentarlo, ya que con una apertura máxima de f/4 y tratándose de un zoom muy angular no debería ser fácil conseguirlo, pero el truco está en disminuir drásticamente la distancia de toma. Ajustamos el zoom a plena apertura y a 12mm de distancia focal (equivalente a 18mm en formato completo) con una exposición de 1/40s. El detalle en las copas es el correspondiente a un objetivo de primera categoría y apreciamos a la derecha un bokeh muy agradable y suave. No tengo dudas ya a estas alturas que este objetivo es especial.
Cambiamos ahora de escenario y saliendo del hotel nos vamos a un Café de esos de toda la vida que desgraciadamente van desapareciendo poco a poco de nuestras ciudades. El Café Dindurra es el último café de estas características que queda en Asturias. Fundado en el año 1899, me ata a él una relación especial, ya que en el año 2006 se publicó mi primer libro de fotografía titulado precisamente “Café Dindurra”. Fue un proyecto fotográfico de seis meses de duración que me permitió profundizar en las propias raíces gijonesas. El libro, creo, está ya descatalogado pero podéis ver las fotos del mismo en este enlace de Flickr.
Volvemos al blanco y negro con la X-H1 siempre dispuesta. Abrimos la puerta y nos encontramos con todo el ambiente de primeras horas de una tarde en el Dindurra.
El XF10-24mm y la Fotografía de Calle de Baja Velocidad
Me gusta mucho la fotografía de arquitectura, pero cuando más disfruto de una cámara es en la calle, palpando el ambiente, el latir de la ciudad a través de sus gentes. Sin embargo, y como todos sabemos, llevamos ya unos cuantos años en los que las leyes de protección a la imagen, las leyes de protección de datos y otros avances sociales que podrían, si hilamos muy fino, ser por lo menos discutibles, han recortado mucho nuestro derecho a fotografiar en libertad, no solo en España sino en una gran parte de países europeos. Existe al menos una resolución judicial en Francia donde se dice que ha de prevalecer el derecho a la creación artística sobre el derecho a la imagen, siempre que nos encontremos en espacios públicos, pero no cabe duda de que la situación es, cuanto menos, delicada. Hace ya años que le confesaba a un amigo fotógrafo que “terminaríamos haciendo fotos de bodegones en casa con nuestras cámaras”.
Así y todo me había propuesto probar el Fujinon XF 10-24mm F4 R OIS en Street-Photo. Para ello decidí en primer lugar cambiar de cámara y utilizar la X-Pro2, la cual es más discreta que la X-H1 para estas cosas. En segundo lugar, el parasol del XF 10-24mm se quedaría metido en la bolsa. Se trata de un parasol perfecto para paisaje, pero en muchísimas ocasiones, y a no ser que tengas el sol jugueteando entre los posibles encuadres, apenas hace falta. El recubrimiento de los objetivos Fujinon es tan bueno que apenas nos molestarán los reflejos, y el tamaño de los parasoles de este tipo de zoom quita mucha discreción a la cámara. Curiosamente el aspecto de la X-Pro2 con el 10-24mm “desparasolado” es sencillamente precioso. Me lo imaginaba descompensado, pero no, en absoluto. Queda un conjunto con una estética retro que lo hace parecer, no se cómo decirlo, tal vez, … simpático? Por si fuera poco el conjunto no se hace pesado y permite llevarlo al hombro durante horas sin ninguna molestia.
“Slow Speed Street Photography” es básicamente hacer fotografía de calle como siempre pero utilizando velocidades largas de exposición
La sesión de fotos la había planificado para el ya instalado en nuestras vidas “Black Friday” de noviembre. Esto debería garantizar, como así fue, bastante gente por la calle, carteles promocionales del día y todas esas cosas que animan a la gente a sacar el dinero de la cartera por mucho que intentes que no se mueva del bolsillo. Había sin embargo otro aspecto que tenía que encarar: Sabía que estas fotos irían a este blog y me sentía obligado a proteger la imagen de las personas que saliesen en las fotos. Era la ocasión perfecta para explorar un estilo fotográfico que llevo un tiempo considerando al que llamo “Slow Speed Street Photography”, o SSSP (ó S3P, ya puestos). La idea básica es hacer fotografía de calle como siempre pero utilizando velocidades largas de exposición. Se desconecta o no el estabilizador de imagen y ya está uno listo para la Fotografía de Calle de Baja Velocidad.
En este tipo de fotografía lo fundamental es que los rostros de las personas no sean reconocibles. A partir de ahí puedes jugar con la cámara como desees: puedes mantenerla fija durante la exposición, puedes desplazarla o bien puedes someterla a giros. Como es un tipo de fotografía que de alguna forma está expuesta a ensayo y error no nos saldrán bien todas las fotos que hagamos, pero si que es fácil llegar a ratios mayores del 50% de fotos tomadas que a uno le gustan. Y todo ello con la tranquilidad de saber que absolutamente nadie nos podrá recortar nuestra libertad creativa. Es volver a la felicidad fotográfica en la calle. Te invito a disfrutar la siguiente galería de imágenes:
Si te has fijado, hay algunas fotos en las que lo que he hecho es accionar el anillo del zoom durante la exposición. Este efecto se puso algo de moda a partir de mediados de los 70, cuando los objetivos zoom empezaron a popularizarse, pero apenas se ha utilizado en fotografía de calle, si es que se ha utilizado jamás. Para nuestros intereses, el anillo del zoom del 10-24mm tiene una ergonomía tan buena que facilita mucho la labor de conseguir estos efectos. Por cierto, aunque soy un devoto de la fotografía en blanco y negro, en este tipo de fotografía en movimiento podemos utilizar el color como fuerte elemento compositivo, como demuestran las dos variaciones siguientes:
Te animo desde aquí a que salgas a la calle con tu cámara y te hagas fan de la Slow Speed Street Photography. Te garantizo que la diversión está garantizada, y más si llevas un 10-24mm montado en ella. Es un objetivo extraordinario que al menos para mi se ha vuelto imprescindible no solo en arquitectura sino sobre todo en reportaje social en la ciudad. Prometo desarrollar en más profundidad los secretos técnicos de esta disciplina de reportaje en una futura entrada a este blog. ¡A ver si hay suerte y puede ser con una Fuji X-Pro3!
Post Data: Está bien, no podíamos terminar un artículo sobre el Fujinon XF 10-24mm F4 R OIS sin al menos una foto de paisaje. Esto es lo que se ve desde el Mirador de Angel Noriega. Todo Gijón está ahí, entre la bruma:
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Magnífico artículo… Aún cuando no tengo afición de leer sobre fotografía, el autor transmite conocimientos y afición casi sin que te enteres!
Muchas gracias! Comentarios como el tuyo y el de Matías son los que le dan a uno la energía para seguir escribiendo.
Luis, es extraordinario el articulo que desarrollaste. felicitaciones y ojalá tengas mayor participación. abrazo desde argentina.
Hola Matías, muchas gracias. Si en Fujistas me dejan seguir dando la lata prometo seguir participando lo mejor que pueda!
Una gozada Luis. El 10-24mm lo tengo más que controladisimo pero aún así me he leido tu review de cabo a rabo, enhorabuena por tu divulgación fujista, fotográfica y arquitectonica. Eres lo mejor del blog de fujistas junto a Dani Valdés. Sin menospreciar a Jon Diez cuando tiene tiempo a explayarse como en la genial review de la XPro3 pero me imagino que el hombre estará a 2000 frentes.
Hola Tachenko, me alegra que te hayan gustado mis experiencias probando el 10-24mm. La verdad es que he quedado tan encantado con el objetivo que no he tenido otro remedio que comprarme uno! Ahora a seguir practicando con él. Con los años he aprendido que nunca se descubre del todo el carácter de un objetivo y siempre se lleva uno sorpresas agradables. Muchas gracias por tus comentarios!
Lo dicho, de acuerdo con los comentarios. Enhorabuena por este artículo tan bien desarrollado. Las fotografías y la composición son verdaderamente excepcionales. Te animamos a seguir escribiendo artículos de esta envergadura. Gracias. Un saludo.
Felicitaciones por el artículo.
Tenía dudas entre el 16MM de fuji y éste objetivo. Dado como lo has descripto, la utilidad que tiene y las distintas situaciones en las que se puede utilizar dicho objetivo creo que me haré con uno.
Gracias y saludos desde Argentina!
Excelente artículo. Una prueba de tus conocimientos fotográficos y tu destreza visual. Las buenas fotografías, la que quedan grabadas en la memoria, son las que el fotógrafo consigue visualizar antes de apretar el botón del obturador.
Aunque soy usuario de focales fijas, debo reconocer que tengo ganas de probar este 10-24 mm. Y su uso en la técnica SSSP es de lo más interesante.
Muchas gracias por comentar, Jan. Probablemente una de las mejores combinaciones para construir un sistema fotográfico Fuji sean dos o tres objetivos de focal fija y este 10-24mm, sobre todo ahora que la versión actual viene sellada.