Mi viaje de ida y vuelta por el sistema X

Destral

Fujista Habitual
Llevamos ya un tiempo leyéndonos, así que me parece un buen momento para contarles mi experiencia con Fujifilm y su sistema X, y mis idas y vueltas dentro de él. Tal vez a alguien le sirva, y aunque suele ser cierto eso de que nadie escarmienta en cabeza ajena, también es verdad que no hay ningún molde que se ajuste a todo el mundo. Cada persona tiene sus necesidades, sus preferencias y, por qué no decirlo, el derecho de experimentar por si mismo.

Mi primera Fuji la compré en 2020, pocas semanas después del fin del confinamiento. Un día estaba limpiando mi vieja Canon AE1 Program, que hace veinte años que no uso, y me puse a juguetear con los controles y a disparar sin carrete (qué sonidaco tiene esa cámara). La cosa es que me entró una morriña brutal por los controles manuales y por esa conexión con la cámara que nunca había sentido con las dos Sony que tenía (una Nex5 y una A6000). Así que me puse a buscar en Google por cámaras digitales con controles manuales, y apareció Fuji. En pocos días me llegó una XT2 y un 18-55mm que compré de segunda mano en el marketplace de Facebook, y el flechazo fue inmediato.

Poco después empezó en la empresa una demanda cada vez mayor de grabar contenidos formativos en video, debido a los problemas que había en esos momentos con los aforos para la formación presencial. En realidad mi formación es más videográfica que fotográfica, y había trabajado durante años en una productora, así que me embarqué en montar un pequeño estudio, me hice con una XT4 y una XS10 y vendí la XT2, una venta de lo que me arrepentí de inmediato porque la XT4, algo más grande y más pesada, no resultaba tan agradable en mano. También fui comprando objetivos, hasta ir acumulando bastante cristal.

El año pasado, un cliente me hizo una oferta para incorporarme a su plantilla y comprar todo el equipo de estudio, las cámaras y una parte de los objetivos. Era bastante interesante y la acepté. Me vi de repente con un buen puñado de objetivos y ninguna cámara. Entre la XT5, la XH2 y la XH2s, después de valorarlo bastante al final me decidí por la H2. ¿Qué pasó después? Pues que la H2 es un camarón, pero sólo la utilizaba para cosas de trabajo y no la sacaba casi nunca. Y además una tragedia: mis objetivos favoritos (el 35mm 1.4 y el 60mm "macro"), con los que más he disfrutado, son dos que (digan lo que digan) pierden toda su magia con los 40Mpx y se vuelven vulgares (esa es mi experiencia y mi sensación). Encima, me había quedado sin controles manuales, algo que empezaba a echar de menos.

Así que a principios de este año me hice con una XT30II. Me encantó tener esa cámara. Era pequeñita, podía llevarla todos los días en la mochila al trabajo y tenerla todo el día encima, tenía controles manuales y el 35 y el 60 volvían a tener polvo de hadas. Y así pensaba quedarme una temporada, pero...

Hace unos meses vi un anuncio de una XT1 de segunda mano tirada de precio. La verdad es que hacía tiempo que me rondaba la cabeza hacerme con un ejemplar de la XT original, así que la compré, pensando en darle un lavado de cara y guardarla en la vitrina junto a la Canon AE1. Pero fue tenerla en la mano y sentir lo mismo que cuando saqué de la caja aquella primera XT2. Encima, el AF no parecía de lejos tan malo como todo el mundo decía (al menos en modo simple). Y daba unos colores espectaculares. Y decidí que a esa cámara le faltaba todavía mucho tiempo para acabar de adorno en una estantería. Pocos días después de la XT1, apareció también a la venta un XE2 bastante entera a un precio preburbuja Fuji y también me hice con ella. Misma sensación que con la T1: era una cámara espectacular con mucha vida por delante. Acabó con el 27mm 2.8 y sustituyendo en la mochila a la T30II. Entonces cambió mi perspectiva sobre cómo y con qué quería seguir sacando fotos a partir de ahora.

Ahora tenía dos cámaras viejas con las que me había vuelto a enamorar del sistema X, una T30II y una H2, y asumí una realidad: la de que cada vez me apetecía menos usar cámaras y objetivos grandes y/o pesados, que tenía un montón de objetivos que no usaba, que quería seguir usando los controles manuales para la fotografía más pausada, pero que para ciertas cosas de foto / video y para viajar necesitaba algo versatil y con buenas prestaciones, entre ellas estabilizador. Así que tomé una decisión: empecé a vender objetivos que usaba poco y la T30II, y me hice con una XS20 y los Sigma 10-18 y 18-50, que se han convertido en mi equipo de cabecera. La próxima semana saldrá para Alemania la H2 y el 80mm macro, porque me ofrecen mejor precio por ellos de lo que me ofrecen aquí en el mercado de segunda mano. Y otra tanda de objetivos "grandes" (el 16 1.4, el 23 1.4, el 16-55, el 10-24) tomarán el mismo camino. ¿Me arrepentiré? Es posible, pero ahora hago lo que siento en estos momentos.

Y el círculo se cierra: hace unas semanas vi una XT2 echa polvo a la venta. Ya está en casa, limpia y bien peinada. Qué gusto da tenerla en la mano y qué sonidaco tiene la condenada cuando aprietas el obturador.

¿Y a ustedes cómo les ha ido en esta aventura de las cámaras Fuji?
 
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